Wolfgang Amadeus Mozart

Nuestro protagonista de este mes es el genio de Salzburgo, un músico cuyo legado musical y cultural es incuestionable, no sólo por la calidad de sus composiciones sino por la cantidad y variedad de géneros en los que ahondó, escribió y sirvió de punto de partida para muchos de los compositores que vinieron después.

Empecemos por el principio: el 27 de Enero de 1756 nace nuestro protagonista, cuyo nombre completo era nada más y nada menos que: Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart, cortito, ¿verdad? 😅

Su padre, Leopoldo, intérprete, compositor y teórico al servicio de la corte del arzobispo de Salzburgo, que se hizo conocido en toda Europa por ser el creador de un método para aprender a tocar el violín, supo ver las cualidades de su hijos y le procuró las mejores condiciones para desarrollarlas. Desde bien pequeño acostumbró a llevarse al pequeño Wolfgang y a su hermana Nannerl a todos los ensayos y conciertos que este tenía. Ambos, tanto Wolfgang como Nannerl mostraron capacidades enormes a la hora de tocar instrumentos desde una edad muy temprana. Wolfgang comenzó a los 3 años tocando el clavecín, al poco hizo lo propio con el violín y casi en paralelo comenzó a hacer sus primeras composiciones. Por supuesto, el joven Mozart aún era muy pequeño para saber leer y escribir, por lo que era su padre quién anotaba y escribía las breves composiciones que este iba creando. Sin embargo esto duraría poco porque también sería precoz en el aprendizaje de la lectura y escritura, pudiendo de este modo escribir sus propias composiciones desde muy joven.

Para que os hagáis una idea, a los cuatro años ya compuso lo que podéis escuchar a continuación. ¡Una maravilla!

A los ocho escribió su primera Sinfonía. La primera de las 41 sinfonías numeradas (aunque los especialistas creen que existen hasta 68 obras completas de este género) y a las doce compuso su primera ópera. 🎻 😅

Leopold viendo el gran potencial que tenía Wolfgang decidió dar a conocer el talento de su hijo, organizando conciertos y llevándole por las principales cortes de Europa: Munich, Viena, París, Londres, Amsterdam, Italia… Recibiendo elogios y reconocimiento el joven Wolfgang pronto fue un nombre sonado en todas las ciudades importantes.

Y así paso la infancia el niño Mozart, viajando de un lugar a otro, siendo la admiración de todo aquel que le escuchara y desarrollando su talento hasta lo inimaginable: no sólo mostraba sus dotes como interprete sino también como compositor y las desarrollaba practicando y componiendo a todas horas.

Con 17 años Mozart se asentó de manera permanente en Salzburgo, a las ordenes del arzobispo, Hieronymus von Colloredo, de quien dependían tanto su padre como él y con quien no mantenía una buena relación. Sin embargo esto no supuso un problema para su producción musical, escribiendo obras magistrales y ahondando en todos los géneros musicales. En 1778 hizo una nueva salida al extranjero, primero a Mannheim y luego a París en busca de mejores condiciones salariales, aunque muy a su pesar y debido a una serie de infortunios regresó de nuevo a su ciudad natal. La relación con el arzobispo cada vez iba a peor y a eso se le juntó que Mozart deseaba por encima de todo ser libre. Libre de toda atadura y convertirse en un músico independiente, por lo que no tardó en romper su relación laboral e instalarse en Viena.

Año 1781, Mozart tiene 26 años y comienza su vida en Viena. No tarda en hacerse popular en la capital austriaca y en ser aclamado por un público culto que exige su producción musical. Tras el éxito de su ópera El rapto del serrallo, musicalmente revolucionaria, consigue el favor del emperador José II y por tanto mayores ingresos por sus interpretaciones y composiciones. Al poco se casa con su mujer Constanza con quien tiene seis hijos (aunque sólo dos de ellos sobreviven).

Durante estos años Mozart trabaja sin cesar, componiendo día y noche. Descubre la obra musical de Bach y Häendel, y cultiva una amistad con Haydn, a quién además le dedica una serie de seis cuartetos. De estos años es casi imposible destacar alguna de las geniales creaciones que compone, siendo brillante en todos los géneros –sonata, sinfonía, conciertos, ópera…– y cosechando un éxito clamoroso.

Pese a todo su éxito musical cada vez acumula más problema económicos, no le pagan todo lo bien que debieran, la fortuna no le acompaña y cada vez son más y mayores las deudas que va asumiendo, teniendo que vender objetos personales para poder hacer frente a su situación financiera y poder dar de comer a su familia.

La salud de Mozart -que siempre fue delicada- empeora y muere en Diciembre de 1791, con sólo ¡35 años! ¡Qué joven pero qué inmenso legado nos dejó! Cuenta la leyenda, que en su último año de vida, cuando ya estaba muy enfermo, le llegó la petición de escribir una Misa de Requiem por la que recibiría una cuantiosa paga y que no dudó en aceptar de inmediato. Esta obra sería su última composición, que se convertiría en una de sus obras más grandiosas, y aunque originalmente era una misa para la difunta mujer del adinerado Conde Walsegg, Mozart compuso este Requiem para sí mismo.

Mozart y el violonchelo

Llegados a este punto de la historia del músico Austriaco, he de comunicaros que Mozart no escribió ni una página para violonchelo solista. Posiblemente sea el único «grande» de la historia de la música que no escribió para nuestro instrumento como protagonista de una obra. Hay muchas teorías en torno al por qué, pero posiblemente la más acertada sea decir que en esta época los compositores escribían por encargo. Y este encargo era lo que les daba de comer. A esto se le ha de añadir que Mozart no tuvo la fortuna de conocer a ningún violonchelista de renombre a quien quisiera dedicar una obra como solista. ¡Ay si hubiera tenido una larga vida! Sin embargo, en los Cuartetos prusianos, los tres últimos que escribió en vida destacan las líneas escritas para dicho instrumento, un encargo realmente bien pagado por parte del rey prusiano Friedrich Wilhem II quien, además, era un destacado intérprete de cello.

Finalmente comparto la siguiente lista reproducción que he hecho para la ocasión. ¡Espero que lo disfrutéis!

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