El elogio

Al poco de comenzar mi formación como profesora Suzuki fui consciente de la trascendencia de decir algo bueno y específico a los alumnos una vez tocaban. Antes de la formación, pensaba que un buen profesor se distinguía por la cantidad de conocimiento que era capaz de aportar, pero ahora entiendo que el valor de la buena docencia va mucho más allá.

Aquí es donde el elogio entra en juego: no sólo aportamos nuestro conocimiento sobre lo que es ‘mejorable’ sino que debemos hacer saber a nuestro alumnado qué es lo que están haciendo bien para que sigan por ese camino. Esto no es sólo aplicable para profesores, también a padres, madres, hermanxs, amigxs,… o cualquier persona que quiera siempre ayudar a otra a mejorar en cualquier ámbito de la vida o, simplemente, la quiera hacer sentir bien. Nuestros cerebros tienen una sorprendente facilidad para elaborar una crítica o encontrar aquello que ‘no nos gusta’, y no tanto para destacar lo positivo. ¡Convirtámonos en profesionales del elogio!

Si eres observador/a, habrás notado que después de cada interpretación de un niñx en clase, hay detrás un halago o elogio por parte del profesor/a Suzuki. Esta es la manera que tenemos de hacer llegar al alumno el mensaje de: sigue así, lo estás haciendo muy bien. Queremos definir lo que se puede mejorar pero debemos trasladar a nuestro alumnado lo que ya están haciendo bien, para que continúen haciéndolo. Esto es muy importante, ahora veremos por qué.

¿Qué es el elogio?

El elogio es una forma de comentario positivo que reconoce y valora las habilidades, esfuerzos o logros de una persona. Es una herramienta especialmente importante en el contexto de la educación y el desarrollo infantil ya que ayuda a fortalecer la autoestima y la confianza en uno mismo.

Llegados a este punto es importante no confundir elogiar con adular. Son dos términos relacionados que a menudo se utilizan de manera intercambiable, pero tienen diferencias sutiles en su significado y en la forma en que se aplican. Mientras elogiar es esencial porque tiene un impacto significativo en el desarrollo de los estudiantes y en su motivación para aprender, adular puede ser superficial y no necesariamente basado en los logros o cualidades reales de la persona.

¿Cómo elogiar?

Es bastante habitual que en los procesos de aprendizaje nos centremos más en destacar lo que aún no sabemos, y no en valorar lo que sí hemos logrado. Creo que se debe a que, además de que nuestro cerebro está principalmente diseñado para la supervivencia, también vivimos en una sociedad muy competitiva donde se prioriza la meta y no tanto el aprendizaje. No obstante, creo que desvincularnos de esto y priorizar el valor en lo que vamos logrando, será sin duda más determinante. Si eres madre, padre, profesor y quieres mejorar en tu comunicación positiva con tus hijos o alumnos, toma nota:

  1. Sé específico: En lugar de elogios generales como «¡Qué bien has tocado», intenta ser específico sobre lo que estás elogiando. Por ejemplo, «Me encanta lo bien que has cambiado a segunda posición, has recordado muy bien mover el dedo pulgar».
  2. Sé sincero: El elogio debe ser genuino y sincero. No elogies simplemente por elogiar, ya que los niños pueden detectar la falsedad. Reconoce el mérito real.
  3. Fomenta el esfuerzo y la mejora: Elogia el esfuerzo y la mejora, no solo los resultados finales. En lugar de enfocarte solo en los logros, valora el proceso y el trabajo duro.
  4. Evita elogios excesivos: Aunque el elogio es importante, no exageres. Elogiar en exceso puede hacer que los niños dependan demasiado de la aprobación externa y que busquen constantemente la validación.
  5. Promueve la autonomía: Animemos a reconocer sus logros por sí mismos. Podemos preguntarles cómo se sienten acerca de su propia interpretación, y animarlos a que hagan una evaluación positiva y constructiva de la misma.

¿Por qué es importante el elogio?

  1. Refuerza la autoestima: El elogio genuino y positivo refuerza la autoestima. Cuando un niñx se siente valorado y apreciado por sus esfuerzos y logros, tiene una mayor confianza en sí mismx. Una buena autoestima es fundamental para el aprendizaje, ya que cualquier persona que se sienta bien consigo misma estará dispuesta a asumir desafíos y a enfrentar situaciones difíciles.
  2. Motiva y aumenta el compromiso: El elogio proporciona un feedback positivo que nos motiva a esforzarnos más y a mantener un alto nivel de compromiso en el aprendizaje. Cuando los estudiantes reciben reconocimiento por su trabajo duro y sus logros, están más inclinados a continuar esforzándose para alcanzar metas aún mayores.
  3. Fomenta un ambiente positivo: El elogio crea un ambiente de aprendizaje positivo y alentador. Cuando los niños y niñas sienten que son apreciados y respetados, se sienten más cómodos en el aula y están dispuestos a participar y colaborar más. Un ambiente positivo favorece el aprendizaje y la interacción efectiva entre estudiantes y docentes.
  4. Estimula la autorregulación: Cuando se elogia el esfuerzo, la persistencia y la mejora, se promueve la autorregulación en los estudiantes. En lugar de depender completamente de la aprobación externa, los estudiantes aprenden a valorar y autorregular sus propios esfuerzos y metas de aprendizaje. Esto contribuye al desarrollo de habilidades importantes para el aprendizaje a largo plazo.
  5. Facilita el desarrollo de habilidades sociales: El elogio también es una herramienta importante para enseñar y reforzar habilidades sociales de los niñxs en la clase de grupo. Cuando se elogian comportamientos positivos, como la empatía, la colaboración y la generosidad, se promueve un ambiente de respeto y cooperación en el aula, lo que a su vez contribuye al bienestar emocional de los estudiantes.
  6. Crea una actitud positiva hacia el aprendizaje: Los elogios apropiados y bien dirigidos pueden ayudar a desarrollar una actitud positiva hacia el aprendizaje. Cuando se destacan sus logros y progresos, es más probable que vean el proceso de aprendizaje como algo gratificante y valioso, en lugar de algo desalentador.
  7. Estimula la motivación intrínseca: El elogio basado en el esfuerzo y los logros reales puede ayudar a cultivar la motivación intrínseca, que es la motivación que surge de un interés genuino en el tema y el deseo de aprender.

CONCLUSIÓN

El elogio es una herramienta vital en la educación y el desarrollo infantil, pero debe usarse de manera reflexiva y equilibrada para obtener los máximos beneficios. Si la usamos de manera efectiva, es decir, siendo siendo específicos y desde la sinceridad, podemos ayudar a los niñxs a desarrollar una imagen positiva de sí mismos y a enfrentar los desafíos con confianza. En realidad es un recurso más para trabajar en una educación positiva, donde cultivar la autenticidad, la autoestima realista y la capacidad de autorreflexión en los niños. Así lograremos un aprendizaje más significativo y duradero.

Y vosotras, familias, colegas, músicos, ¿usáis el elogio en vuestro día a día? Además de a vuestro alumnado o a vuestros hijos en la crianza, os invito a que le digáis AHORA a alguna de vuestras personas cercanas aquello que os gusta de lo que hacen o de cómo se comportan (de manera específica y sincera). Os garantizo que les alegraréis el día y además, recuerda que, cuando haces algo positivo por alguien, estás influyendo positivamente en dos personas (¡sí! ¡la otra persona eres tú!)

Os leo 🧡 🌿

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